viernes, 7 de febrero de 2014

12 de febrero,Día Mundial contra el Uso de los Niños Soldados


Una imagen vale más que mil palabras


 El 12 de febrero se conmemora el Día Internacional contra el Uso de Niños soldado.
Hoy en día, todavía son cientos de miles las niñas y niños que son utilizados por fuerzas y grupos armados en muchas partes del mundo para utilizarlos como soldados. Son menores que exponen diariamente su vida, no asisten a la escuela, están lejos de su familia o la han perdido y carecen de afecto.Una auténtica aberracción y una vulneración de los derechos de la infancia. 
Es importante alzar la voz para pedir su reinserción social. 



Algunos periódicos se han hecho eco del informe de la ONU que denuncia graves crímenes contra niños en Siria. Los rebeldes sirios cuentan en sus filas con niños soldado, mientras que el gobierno en Damasco tortura a menores de edad en sus calabozos.

 ¿A qué se espera para actuar ante tanta injusticia y tanta aberración?¿No tienen nada que decir y hacer los distintos gobiernos?

Me indigna mucho oir en los telediarios o leer en la prensa que el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó por unanimidad una resolución que subraya que "ninguna parte del conflicto sirio debe usar, desarrollar, producir, adquirir, almacenar o transferir armas químicas.El texto, adoptado por una unanimidad reafirma que la proliferación y utilización de armas químicas constituye una amenaza a la paz y la seguridad internacionales, y enfatiza que cualquier denuncia futura creíble sobre su presunto uso deberá ser investigada."

Yo me pregunto, ¿la proliferación del resto de armas no constituye también una amenaza?¿Y el ataque a la población civil, las torturas y el ensañamiento con los niños?¿Acaso está permitido matar con cualquier arma mientras no sea química?
El conflicto ya va para tres años, mientras tanto siguen hablando.
                                                     
 

 "Un niño intentó huir [de los rebeldes], pero lo atraparon... Le ataron las manos, y después nos obligaron, a los demás cautivos recientes, a matarlo con un palo. Me entraron náuseas. Al niño lo conocía de antes. Éramos de la misma aldea. Me negué a matarlo y me dijeron que me dispararían. Me apuntaron con una pistola para que lo hiciera. El niño me preguntaba "¿Por qué lo haces?" Yo respondí que no tenía elección. Después de que lo matáramos nos obligaron a untar nuestras armas con su sangre. Dijeron que teníamos que hacerlo porque así no temeríamos a la muerte ni intentaríamos escapar... Todavía sueño con el niño de mi aldea al que maté. Lo veo en sueños, hablándome y diciéndome que lo maté por nada, y yo lloro."
Susan, 16 años, secuestrada por el Ejército
de Resistencia del Señor en Uganda



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